Entrevista ABC
NO PODEMOS ESTAR A QUE EL PP CAIGA O A LA BÚSQUEDA DE PACTOS CON OTROS
Con la sombra del Palau de la Generalitat proyectándose sobre sus espaldas, Francesc Romeu dice reconocerse reforzado en sus aspiraciones de ser candidato socialista a la presidencia del Gobierno valenciano en 2015, cuando aún no habrá cumplido los 41 años. Esa percepción, asegura, viene alimentada por la determinante «reactualización» que ha supuesto para el PSOE la conferencia política en la que la formación que lidera Alfredo Pérez Rubalcaba ha renunciado al centro. En cualquier caso, el portavoz y vicesecretario general del PSPV, verso suelto de Blanquerías, insiste en que «nuestra vocación de gobierno solo es concebible en solitario».
—¿Cuál es su balance de la conferencia del PSOE y del papel desempeñado en ella por el PSPV?
—Por primera vez en muchos años, el PSOE sale de una cita capacitado para afrontar tareas de gobierno, tanto en la Comunidad Valenciana como en el conjunto de España. Por fin, los socialistas hemos dejado de estar de perfil.
—¿El socialismo valenciano ha tenido un peso real en la conferencia?
—Se nos aceptó el 85 por ciento de las enmiendas. Creo que no es poco, aunque es verdad que algunas propuestas relacionadas con la estructura del Estado fueron descartadas.
—¿Ese balance lo hace en nombre del partido o a título particular?
—Ninguna federación funcionó como delegación. En algunas cosas, yo he ido más allá que el PSPV, pero mi balance es positivo tanto desde el punto de vista del partido como del personal.
—¿Le conviene al socialismo una renuncia tan explícita a la centralidad?
—En mi opinión, el centro político por definición no existe, y en nuestro caso era urgente la definición de un modelo diferente del que representa el PP. Que las críticas procedan de María Dolores de Cospedal, pero también de Cayo Lara, revelan que hemos acertado.
—¿Pero no esperaba usted traerse una fecha concreta para las primarias en la Comunidad Valenciana?
—No era el marco para hablar de eso. Quien trató de hacerlo, como el secretario general del partido en Madrid, se equivocó. Ya se concretará el calendario. La conferencia no fue una reválida del congreso de Sevilla en el que resultó elegido Rubalcaba, aunque no todos lo entendieron.
—¿Habrá primarias abiertas en la Comunidad Valenciana?
—Puig y yo ya acordamos en el congreso en el que él fue elegido secretario general del PSPV la celebración de primarias abiertas. No tendría sentido pedirlas para la presidencia del Gobierno y no hacerlo para la presidencia de la Generalitat. Deben ser un revulsivo para este partido.
—No exento de riegos.
—Siempre los hay. El comité federal fijará las condiciones para minimizarlo, pero el riesgo hace avanzar a una sociedad y es necesario asumirlo.
—¿Cómo piensa aplicar la proyección que ha adquirido con la campaña de divulgación de su manifiesto ‘‘Hasta aquí hemos llegado’’ a su aspiración de convertirse en el candidato del socialismo valenciano?
—El manifiesto fue concebido como una contribución a la conferencia política. Pero también fue presentado aquí, y es de aplicación como un conjunto de propuestas de gobierno para poner punto final a las políticas del PP, también en la Comunidad.
—¿Y ese intento de acabar con la hegemonía del PP pasa por pactar con opciones de extrema izquierda como Compromís o EU?
—La alternativa única y posible al PP es la que representa el PSPV. O sigue imperando la destrucción de Fabra o gobierna el socialismo. No va a haber más opción. Parto de que mi partido tiene vocación de gobierno, y nuestra obligación es presentar un proyecto que seduzca al electorado de forma mayoritaria. No podemos estar a que el PP caiga o a la búsqueda de pactos con otros.
Aspiración
«No voy a renunciar a ser el candidato de los socialistas valencianos a la presidencia de la Generalitat. En ningún caso»
Posibilidad de acuerdos
«Puig y yo podremos sentarnos a hablar, pero las primarias abiertas deben celebrarse»
—Parece improbable que el PSPV pueda desalojar a Fabra del Consell por sí solo.
—Fórmulas hay muchas. Una de ellas, por ejemplo, mediante la consecución de una mayoría suficiente que nos permita gobernar en solitario, al uso de lo que el PP está haciendo en Extremadura.
—¿Cree que Puig lo tiene tan claro?
—Sí. De hecho, la ejecutiva plenaria del partido aprobó recientemente la voluntad del PSPV de gobernar en solitario. Es algo que yo venía demandando desde julio del año pasado.
—También pidieron la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones.
—Esa reunión se produjo tras el anuncio de cierre de Radio Televisión Valenciana, una medida que supone la gota que colma el vaso.
—¿El PSPV ha ganado enteros en Ferraz a expensas de la debilidad de un PSC perjudicado por la deriva soberanista en Cataluña?
—La situación de crisis absoluta que domina en la Generalitat Valenciana es solo responsabilidad de un PP agotado. Ahora bien, es verdad que el peso del socialismo valenciano en el conjunto del PSOE se ha redoblado últimamente y quizá sí se explique por la reformulación de las relaciones de la federal con el socialismo catalán.
—¿Tiene entrada Puig en Ferraz?
—El secretario general del PSPV tiene que mantener una interlocución con la dirección federal en tanto que máximo representante de la federación. El hecho de que apoyara a Chacón, y no a Rubalcaba, en el congreso de Sevilla no le invalida como principal responsable de una de las federaciones socialistas con más fuerza de España. Tanto él como yo hemos contribuido a la tarea de que el peso del socialismo valenciano esté más que identificado en Madrid. Ambos estamos en un proyecto conjunto.
—Pero usted no va a renunciar a su aspiración de ser candidato.
—Que vaya a haber una diferencia de liderazgo entre Puig y yo nada tiene que ver con la oportunidad histórica que tiene el PSPV . Ya no hablamos de batallas internas, sino de gobernar, algo que no ocurría desde hace veinte años. Ya no hablamos de nombrar responsables de área en el partido, sino de nombrar consellers, y eso pasa porque tanto Puig como yo tengamos clara la necesidad de posicionar al partido como única alternativa al PPCV.
—¿Y en ese proyecto cabe el lermismo si lo que se busca es ofrecer una imagen diferente?
—No se trata de negar a quienes, como Joan Lerma, han participado en la creación institucional de la Comunidad Valenciana; Ferraz tampoco lo va a hacer. Más allá de las afinidades, lo relevante es que se nos vea como alternativa. Estoy convencido de que todas las corrientes estarán a la altura y de que el interés del partido primará sobre las ambiciones orgánicas que han venido definiendo al PSPV en los últimos años.
—¿Se sentarán Puig y usted a hablar antes de las primarias, incluso para evitarlas?
—Puig y yo nos hemos entendido en dos congresos nacionales. Lo primero que debemos acordar es que las primarias sean lo más participativas posibles. Después, pactar un discurso común que posibilite la derrota del PP. En tercer lugar, consensuar una estrategia que permita alcanzar ese objetivo. Repito que las primarias deben ser vistas como un revulsivo y debe ser un proceso necesario y hasta inevitable. Puig también las ha defendido.
—Pero si Ferraz sigue viendo perspectivas de gobierno en la Comunidad, ¿no puede considerar que unas primarias pueden comprometer ese eventual éxito?
—Si eso fuera así, la dirección federal debería empezar por sí misma. No sería coherente defender las primarias como mecanismo de elección y luego pretender que no se celebren. Yo no participaré de eso.
—¿Es irrenunciable su voluntad de ser el candidato del PSPV a la Generalitat?
—No voy a renunciar. En ningún caso.