Quien más tenga, más debe contribuir. ¡Pero ya!
Ingresar más es necesario para que las instituciones puedan hacer frente a las políticas que garantizan servicios públicos y, por tanto, calidad de vida. Los continuos recortes, sin atender a los ingresos, son un atentado contra aquellos que más necesitan los poderes públicos para garantizar la vida con dignidad.
Una nueva política que acabe con el obsoleto sistema fiscal español es urgente, revisando la aportación de los que más tienen, ganan y heredan. Pero también en la banca que debe asumir la responsabilidad que le corresponde. Es urgente la persecución implacable del fraude fiscal conocido y reconocido, sin amnistías, ni privilegios a los que roban.
Además se debe revisar el Concordato con la Santa Sede para que la Iglesia Católica, uno de los grandes patrimonios y negocios de España, también aporte más con o sin crisis.
Y tenemos que hablar de las expropiaciones a aquellos inmuebles abandonados, bien sean rústicos o urbanos para que se dinamicen y participen de la generación del tejido productivo y de las viviendas necesarias.
No quiero olvidar el papel del Estado, otro de los grandes patrimonios, cuyos inmuebles deberían incorporarse a la generación de recursos para atender las necesidades públicas, participar como motor inversor en la dinamización de la economía y la creación de empleo.
En definitiva, buscar recursos en un sistema que permita la igualdad de oportunidades y posibilidades, que permita a la administración generar recursos para invertirlos en la dinamización social, económica y creativa de nuestro pueblo.