La asfixia del politiqueo constante.
De castas y clases estamos todos cansados. De mensajes enlatados, frases solemnes y discursos de laboratorio está la sociedad cansada. De burocracias y tecnocracias, en nombre de no se sabe quién, estamos plagados y asfixiados todos los días.
La política de cercanía y de las personas tiene que volver a la calle, para ser cómplice con las conciencias de electores y elegidos. Mensajes a pie de calle, conocedores de los problemas reales, para articular con nuestros valores de izquierda respuestas inmediatas de presente y de futuro. Como decía Felipe González: » actuar en lo local pensando en lo global».
Porque las personas no somos números o mercancía electoral. La política es saber de tu familia, de tus vecinos, de tu pueblo, de tu tierra para buscar soluciones urgentes a los dramas sociales que vivimos, provocados por la derecha política. Hemos de buscar soluciones y anticipar respuestas, preparándonos para el día de mañana como sociedad que quiere vivir y convivir, desarrollándose en plenitud personal y profesional. La política tiene que ser una constante de cercanía a la realidad.
Los discursos a puerta cerrada sobran, porque sobran los que lo hacen así. Abrirse a la realidad, palparla, implicarse y participar de lo local pensando en lo global. No hay otra manera. Lo demás, politiqueo asfixiante