LAS TRES MENTIRAS DEL CANCILLER BISMARCK. Mi último artículo publicado en INFOLIBRE

Las tres mentiras del canciller Bismarck

http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2014/02/02/las_tres_mentiras_del_canciller_bismarck_13100_1023.html

Decía el canciller Bismarck que nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería. El Gobierno de Rajoy está inmerso en las tres tareas y por eso miente o, lo que es peor, dice medias verdades cada vez que recita –como un mantra– que la recuperación económica ya está aquí.

Las elecciones europeas que se celebran este año no pueden ser tomadas como unos comicios que nos afecten poco o nada. Es cierto que la política europea, a pesar de su magnitud, no ha sabido ser cercana y las últimas decisiones de Bruselas –que tanto hemos padecido los españoles– han reforzado la imagen de las instituciones comunitarias como un ejército de burócratas de corazón de piedra. En nuestra mano está cambiar eso, pero también aplicar al Ejecutivo de Rajoy el correctivo que se merece. Ellos lo saben. Saben que los españoles saben que han sido traicionados y, por eso, mienten.

Sólo hay que salir a la calle para comprobar que, en la vida cotidiana, la cacareada recuperación económica no se ve por ninguna parte. No negaré que en sectores económicos muy concretos y muy minoritarios la mejoría empieza a percibirse, pero para la inmensa mayoría, la pesadilla sigue tan viva y tan terrorífica como hace dos años. Y aquí están los datos: El Consejo General del Poder Judicial cifra en 49.984 los deshaucios acordados de enero a septiembre de 2013 y en más de 28.000 los ejecutados. Según informes de Eurostat y Oxfam Intermon, el 20 por ciento de los españoles está por debajo del umbral de la pobreza; 300.000 personas malviven con 307 euros al mes y el índice de pobreza infantil alcanza el 26 por ciento. Todo ello está ya en el haber del PP para las próximas elecciones y, como Rajoy y los suyos lo saben, mienten.

El Gobierno –no faltaría más– está en guerra contra el paro. Pero la está perdiendo. Y por eso, miente. Rajoy ha enviado al desempleo a 622.700 personas más que las que se encontró cuando llegó a La Moncloa; ha expulsado al extranjero a 120.000 jóvenes bien formados. El poco empleo que se crea es precario y marginal. El PP no sólo pierde la guerra contra el paro –lo cual ya es malo– sino que guerrea contra los trabajadores y, especialmente, contra las mujeres. Ha recortado prestaciones, los salarios se han desplomado un 5 por ciento en el último año y, encima, quien más impuestos paga es quien trabaja y no quien especula como demuestra que el IRPF que aporta más del 40% de los ingresos tributarios del Estado, se nutre en un 85% del gravamen de los rendimientos del trabajo, frente al 8% del referido a las rentas del capital y el 7% del correspondiente a los beneficios de actividades empresariales y profesionales. El PP, en su guerra contra el paro, va de derrota en derrota hasta el desastre final y, por eso, miente.

Desde hace dos años, el PP está de cacería y su presa ha sido la clase media española. Las postas de sus escopetas hieren a diario a la mayoría mientras una minoría aumenta su capacidad adquisitiva a costa del empobrecimiento del resto. Aquí, en contra de lo que decía el Canciller de Hierro prusiano, el PP no miente. O no miente tanto. La recuperación económica sí es una verdad para unos pocos. La brecha entre la élite acumuladora de riqueza en España y los demás no ha dejado de aumentar y hoy el 20 por ciento más rico de la población española disfruta de siete veces más renta que el 20 por ciento más pobre. España es el país con mayor desigualdad económica de toda la Unión Europea, el país donde los ricos son más ricos y los pobres son más pobres. Y, por si queda alguna duda, un informe del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda destaca el alto nivel de desigualdad que se concreta en un incremento de ricos en España: 47.000 personas en 2013. España es el octavo país mundial que más ha incrementado con al menos un millón de dólares el patrimonio de las grandes fortunas y es uno de los 15 países del mundo con más “ultrarricos”, si se me permite el neologismo. Los populares no presumen de los trofeos que han abatido en su montería porque, simplemente, dejan escapar con infamia a la verdadera caza mayor. El PP no actúa contra el fraude fiscal y permite que las odiosas SICAV y las sociedades de valores sigan campando a sus anchas por el coto de la vergüenza y la injusticia. Mientras tanto, sólo uno de cada cinco funcionarios del Ministerio de Hacienda se dedica al control de las grandes fortunas donde están, por cierto, las grandes bolsas de fraude.

Ante la trinidad de la falsedad, los españoles tienen la oportunidad, ahora, de poner las cosas en su sitio. Las elecciones europeas tienen que ser la primera purga que este Gobierno trague para evitar males mayores. De la misma forma que, en Madrid, la «Marea Blanca» ha conseguido tumbar la privatización de hospitales, es necesaria una respuesta contundente a las políticas depredadoras e inútiles del PP. Los socialistas estamos preparados para asumir el reto si los ciudadanos así lo estiman. Los españoles nos mandan que hagamos políticas sociales que traigan inversión pública, protección y promoción del empleo digno y modernización del tejido productivo español. Como en tantas otras cosas, seremos los socialistas los que cambiaremos la política fiscal para que se aumente la recaudación a costa de los más ricos para que la riqueza nacional se reparta en términos justos sin recurrir a la caridad ni a la beneficiencia. Coincido con Felipe González cuando afirma que es hora de “revolucionar las expectativas” y en que es el momento de pensar y proponer con “audacia” –y añado yo que también con valentía– los valores que representamos los socialistas.

El PP está ante unas elecciones que le desangran por dentro, inmerso en una guerra que pierde y ha terminado una cacería que le denigra. Y miente tres veces. No es cierto que la recuperación económica se haya generalizado, no es verdad que el empleo se está recuperando y es falso que la confianza en la economía española haya vuelto a no se sabe bien qué sitios. Las tres mentiras son las que nos obligan a los socialistas a ser responsables, pero también a ser audaces a la hora de proponer nuevos modos y nuevas ideas para hallar nuevas soluciones desde la izquierda social, política y económica.

Francesc Romeu i Martí.

Vicesecretario general y portavoz de los socialistas valencianos. Comité Federal PSOE.

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