UPyD y la política-espectáculo.
Llamar la atención con propuestas claras, por muy revolucionarias que sean, me parece bien: entra en la acción democrática. Lo que ya no comparto es utilizar el espectáculo, el ridiculizar y el despropósito para ser estrella mediática por unos días.
La política debe ser algo más que camisetas, gritos, sobres vacíos o discursos intolerables sobre la violencia de género, como las que hizo el otro día Cantó de UPyD, por cierto sin recriminación alguna de su jefa de filas, conocida por sus apariciones elevadas de tono.
Capitanear el descontento popular con espectáculo aumenta el descrédito en la política y en los representantes públicos. Creo que hay que decir las cosas claras, si, pero sin recurrir al esperpento o como se suele decir a «las fantasmadas».
Es hora de claridad y de convicciones, de cercanía y de proximidad; de contundencia e ideas claras. No es momento de oportunismos vacíos y frases graciosas que atentan a la inteligencia e incluso a la verdad.
La denuncia seria y la propuesta clara, lo demás sobra.