por los votos, no por las botas. Por Cesar Sampedro, Alicante
POR LOS VOTOS, NO POR LAS BOTAS
Afirma Javier Fernández, presidente del principado de Asturias: «La gente sabe distinguir entre los que solo saben gritar y los que sabemos qué política aplicar». Y es que hay una diferencia clara entre los que hablan y prometen mucho y los que actúan. En el refranero esta expresado muy bien: “obras son amores y no buenas razones”. Cabe recordar aquí que quien sacó adelante la Ley General de Sanidad de 1985 fue nuestro querido Ernest LLuch, implantando una Sanidad pública, universal y gratuita que ahora se encuentra amenazada por los gobiernos conservadores; quien llevo a cabo la universalización de la educación pública fue el gobierno socialista de Felipe González bajo los ministerios de Educación dirigidos por Javier Solana y José María Maravall. Y quien promulgó la Ley de Dependencia fue el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con Jesús Caldera como ministro de Trabajo.
En tiempos de tempestad, siempre llegan los mesías que quieren inaugurar un tiempo nuevo como si antes se partiese de la nada. Creen que el Estado de Bienestar se creó sólo y pretenden emular a Adán para acabar con el “régimen del 78”. De otro lado están los verdaderos antisistema, que no son los del 15-M, sino los que constantemente se dedican a dinamitar con políticas antisociales el Estado de Bienestar Social, aquel que se construyó con el esfuerzo de todos los españoles.
Con la políticas neoliberales privatizadoras, especialmente en el campo de la sanidad que es donde cabe más capacidad de negocio y la proliferación de conciertos de manera arbitraria. Son los conservadores que usted y yo conoces, los que quieren imitar a la difunta Margaret Thatcher, acabando siendo una mala fotocopia como en el caso de Esperanza Aguirre o los poco amigos del derecho de manifestación como la exdelegada del gobierno Cristina Cifuentes, candidata ahora a la presidencia de la comunidad de Madrid. Otros se presentan como esperanza blanca, pero no sabemos si querrán después del 24M, pactar estas políticas.
Nada de ello tiene que ver con Gabilondo, candidato socialista, que propone soluciones justas para Madrid, para el empleo digno y no precario, para la consolidación de los servicios públicos o para atención a los dependientes librándolos de la carga injusta del copago. Una política dignificadora para la persona, que basada en la palabra sincera que explica y promete Gabilondo, en eso consiste el Parlamento, y no en las prebendas políticas al uso, están dando ahora los socialistas.
En la Comunidad Valenciana, ese oportunidad nos la da Ximo Puig. Garantía del cambio por la izquierda, de la recuperación de los servicios públicos, y de un plan de futuro para los jóvenes de este territorio que se ven obligados a emigrar. Lean las distintas opciones y sean libres. Pero no se olviden de observar las diferencias. Algunos quieren ganar por las personas, y por los votos, no por las botas.