Apoyar la inversión pública. Un nuevo keynesianismo social
Las administraciones públicas, bien coordinadas y con criterios claros y exigibles de eficacia y eficiencia, tienen la obligación de realizar las inversiones sociales y reales necesarias para participar de la activación económica, creación de empleo, incentivar nuevos modelos productivos y garantizar la cohesión social.
Creo en un nuevo Keynesianismo social, en un New Deal del siglo XXI. Creo en el papel inversor del estado y su papel regulador para evitar mafias y enriquecimiento a financieros y especulativos que no participan de generar riqueza y recursos para repartir e invertir.
Así mismo, el estado del bienestar sólo está en crisis si decidimos que lo está y, para eso, el papel inversor del estado es fundamental y, además, especialmente significativo en aquellas zonas que son locomotoras de generación de riqueza por su dinamismo industrial, empresarial y social. Entre ellas, la comunidad valenciana, País Vasco, Madrid o Cataluña necesitan, sin mermar la atención al resto, una atención específica y, por tanto, inversiones reales que fortalezcan su potencial económico. La riqueza, para repartirla, primero hay que generarla.
En el caso valenciano estamos doblemente mal tratados: primero por el modelo de financiación que nos castiga y, segundo, por la falta de inversiones en infraestructuras por parte del gobierno del PP que nos excluye y nos aleja. Somos un potencial social y económico y como tal nos tenemos que considerar para ser una locomotora de España que participe de generar más riqueza y mayor prosperidad para todos.