Un nuevo modelo institucional y social con más control ciudadano
Una sociedad democrática fuerte necesita de partidos políticos fuertes, lo que implica un sistema de financiación claro y transparente por ser gestores de recursos públicos.
El caso Bárcenas ha destapado como el pp ha aprovechado los vacíos legales en la financiación de los partidos para supuestamente premiar a sus dirigentes. Durante años ha denigrado al máximo el concepto de vocación al servicio público, alimentando prácticas corruptas que debilitan nuestra democracia.
Las modificaciones en la ley de financiación de partidos políticos se quedan cortas en cuanto a transparencia y derecho al acceso de la información por la ciudadanía. Las subvenciones y donaciones que se reciben deben ser públicas en un sistema transparente.
Es el momento de dar mayor participación a la ciudadanía, con información y capacidad de control. Además el tribunal de cuentas debe ser independiente de partidos políticos y deben establecerse tribunales populares de control. Y el fiscal general del Estado y el de anticorrupción ser elegidos por sufragio universal para garantizar su independencia.
Pero urgen cambios de mayor profundidad en el sistema de los partidos políticos. La autorregulación oscurece las cuentas, las auditorias internas no favorecen la transparencia, por eso, han de ser los inspectores de hacienda quienes entren de lleno al control y fiscalización de las cuentas de toda entidad que reciba fondos públicos.
La financiación de los partidos es un paso más en el modelo de los partidos políticos en España, pero cabe plantearse cambios también en el modelo electoral para dar mayor participación con procedimientos como la elección de representantes por listas abiertas y acabar con controles y ataduras de partido.
Los socialistas apostamos, hace ya tiempo, por aumentar la participación y democracia en nuestra organización, es hora de que sea igual en todos. Pero nuestra apuesta es por un nuevo modelo institucional que de un nuevo sentido a la política, un nuevo sentido a la vocación de servicio público y un nuevo sentido al protagonismo ciudadano en el control y participación.