Un Ministerio de la Juventud, la locomotora del País. Por Antonio Moriel Fernandez
¿Se han parado a pensar que ocurriría si un tren de mercancías o de pasajeros no tuviera locomotora? . Muy raro sería que el tren se pusiera en marcha y que llegara a su origen. Pues, eso es lo que necesita todo País para avanzar, para ir hacia adelante, con una Juventud de locomotora que tire de sus vagones. Si en un País los jóvenes no son la locomotora, no son quienes llevan la iniciativa de las cosas o participan activamente en la toma de decisiones. ¿Cómo pretendemos conformar una Sociedad del Conocimiento y de la Información?. Si a la Juventud se le deja en segundo, tercero o incluso en cuarto lugar como muchas veces ocurre; la locomotora no va a tirar lo que debe y el tren irá despacio y con problemas muchas veces para subir las cuestas.
Como decía Platón, si a nuestros Jóvenes se les da la correcta educación todos nuestros asuntos irán bien, si ocurre todo lo contrario, si descuidamos su educación mejor no hablar de ello. Es importantísimo que nuestra Juventud sea atendida, escuchada y participe en la vida política y social de nuestra Sociedad. Y sino a los datos.
Los informes en este sentido no son nada halagüeños, baste citar el último informe de juventud 2006. En relación a la participación de nuestra Juventud, no ofrece en líneas generales cambios significativos en estos últimos años: Cuatro de cada diez jóvenes 37% mantiene algún tipo de vínculo con asociaciones, siendo las deportivas las preferidas a edades comprendidas entre los 15 a 17 años. Una vez cumplida la mayoría de edad, según se refleja en el informe descienden las tasas de asociacionismo juvenil. La justificación de esta escasa participación en asociaciones sería la de falta de tiempo y que no se lo han planteado seriamente 34 por ciento. Un cinco por ciento de los jóvenes entrevistados para el informe Juventud 2006 declara participar en algún tipo de ONGs , mientras que a un 19% le gustaría hacerlo pero no ha encontrado una que le satisfaga plenamente. Este dato es interesante, nos da pistas. Los jóvenes claro que quieren participar, es una paradoja, pero no participan, las ofertas no les atraen.
Se puede afirmar que nuestra Juventud goza de un buen sentido democrático y de ciudadanía, así lo demuestra que un 79 % de los jóvenes encuestados, prefieren la democracia a cualquier tipo de forma de gobierno, subiendo cuatro puntos respecto al año 97, consolidándose pues la democracia como forma preferida de gobierno. Se ha extendido el valor de la solidaridad con respecto a las personas “que viven peor que ellos”, nota interesante que se desprende del último informe del Injuve.
La política
Cuando nos acercamos a la participación y la idea que tienen nuestros jóvenes sobre la política y los políticos, los datos hablan por sí solos. La locomotora del País no la veo por ningún lado. Habrá que preguntarse por qué. La mayoría de la juventud española, según el informe Juventud 2006 no está interesada en la política, un 76 por ciento poco o nada de interés. Los datos que conviene destacar con énfasis y detenerse a reflexionar son el progresivo incremento en el aburrimiento por la política de un 22 % en el año 1985 a un 29 % en el 2005; al tiempo que se ha incrementado la irritación -atentos al dato- de un 4 % en el 85 a un 18 % en el 2005. El interés por la política ha descrecido de un 31 % en el año 85 a un 23 % en el 2005; y la indiferencia se ha incrementado considerablemente de un 17 % en el 85 a un 35% en el 2005. Sino fuera suficiente para detectar que aquí está pasando algo y gordo, a mi entender, al dato, fíjense como se ha incrementado la desconfianza hacia los partidos políticos de un 15 % en el 85 a un 51 % en el año 2005.
En suma, la irritación, desconfianza y el aburrimiento, es lo que nos lleva a esos datos de la bajísima participación en la política. Y volviendo al principio de nuestras observaciones habrá que reflexionar y plantearse seriamente lo que está ocurriendo. Quizás habrá que sentarse de tu a tu más con nuestros jóvenes y ofrecerles no solo proyectos, planes e ideas; sino una participación directa. Escuchar a todas y todos, darles el espacio y esa locomotora que quizás no tienen para llevar adelante sus ideas y sus sueños. Una locomotora que tire de la Sociedad, que en algunos momentos parece ser que está pensando más en lo que hace sus vecinos y en como va la telenovela del mediodía; que realmente en avanzar hacia una Sociedad del Conocimiento, viva, llena de ilusión, participativa, con ideas, reflexiva y con miras a un futuro que no sea solo el ladrillo. Una Sociedad en donde prime la Cultura, la Educación, la Investigación, el Conocimiento del Ser humano, la palabra y no el grito. Quizás sea la hora de que los políticos ponga en marcha una locomotora dentro de un Ministerio de la Juventud y para la Sociedad. ¿Y por qué no?. Sino lean la Resolución del Consejo y de los Representantes de los Gobiernos de los Estados Miembros del 25 de mayo del 2007, en el punto 9 como se invita a los Estados Miembros y a la Comisión a que busquen, junto con las organizaciones de la Juventud, los mismos jóvenes y los interlocutores políticos, “la manera de conseguir una participación más activa de todos los jóvenes en los debates y en las toma de decisiones que les afectan, y con ello formen nuevas formas de participación de los jóvenes en zonas urbanas o rurales desfavorecidas”.