FRANCESC ROMEU
Urge un nuevo keynesianismo económico, un moderno New Deal en el que las administraciones públicas tengan la creación de empleo y la vivienda como ejes principales de su actuación. Todas las acciones públicas han de perseguir que todos seamos igual de ricos, no igual de pobres. Apostando por la creatividad, la investigación, la ciencia y la intelectualidad en todos sus ámbitos y, sobre todo, en la necesidad de abanderar el respeto y promoción del medio ambiente. Hemos de crear nuevas bases y propuestas directas para generar empleo, por un nuevo sistema fiscal progresivo que no tenga miedo de exigir a las grandes fortunas que aporten más, revisar el Concordato con la Santa Sede y de reinvertir los bienes del Estado a favor del bien común. En definitiva, estoy convencido de que se debe hablar, sin miedo, de todo: desde las mismas estructuras del Estado pasando por su Jefatura a las reformas económicas, sociales y políticas que precisa la España del siglo XXI. Es la hora del renacimiento de la política para las personas.
Si analizamos los últimos años, la izquierda intelectual no parece que nos acompañe demasiado y, es por eso, urgente establecer un nuevo pacto intelectual de la izquierda. Porque los modelos, la anticipación y la previsión enmarcada en los valores de izquierda, lo que nos hace ser auténticos, innovadores, transgresores y provocadores, debe hacerse en el partido, pero con una clara interacción con los intelectuales, universitarios, pensadores, escritores, filósofos y creadores. Debemos con celeridad recuperar el pacto intelectual, establecer vasos comunicantes más allá de las fotos y los titulares puntuales con la intelectualidad de este país que, además de crear el marco conceptual ideológico, también participará de su transmisión y difusión.
El número dos del PSPV y voz crítica con la decisión del socialismo valenciano de pactar con el populismo, ha apostado abiertamente por que Pedro Sánchez permita gobernar al PP a cambio de ciertas exigencias programáticas.
No será mi caso. Los principios, convicciones y valores que me han impulsado durante tantos años de participación política siguen intactos y recogidos en las resoluciones del Congreso de Alicante de 2011 donde se eligió a la dirección del PSPV-PSOE de la que formo parte como vicesecretario. Estamos ante una situación de emergencia política e institucional que requiere de los socialistas altura de miras, responsabilidad y, sobre todo, unidad entorno a nuestro proyecto político. No es que lo necesite nuestra organización, sino que lo necesitan los valencianos para que la pesadilla en la que nos ha hundido el PP se convierta en un sueño de prosperidad, empleo, dignidad y orgullo de ser valencianos. Un sueño que merece que se le dé una oportunidad y una oportunidad que sólo podremos aprovechar si nos mantenemos juntos para ser la solución que la Comunidad Valenciana busca.
De la misma forma que, en Madrid, la ‘marea blanca’ ha conseguido tumbar la privatización de hospitales, es necesaria una respuesta contundente a las políticas depredadoras e inútiles del PP. Los socialistas estamos preparados para asumir el reto si los ciudadanos así lo estiman. Los españoles nos mandan que hagamos políticas sociales que traigan inversión pública, protección y promoción del empleo digno y modernización del tejido productivo español. Como en tantas otras cosas, seremos los socialistas los que cambiaremos la política fiscal para que se aumente la recaudación a costa de los más ricos para que la riqueza nacional se reparta en términos justos sin recurrir a la caridad ni a la beneficencia. Coincido con Felipe González cuando afirma que es hora de “revolucionar las expectativas” y en que es el momento de pensar y proponer con “audacia” –y añado yo que también con valentía– los valores que representamos los socialistas.
Los socialistas valencianos tenemos el reto de ser la alternativa real en la comunidad Valenciana y estar preparados para afrontar un nuevo ciclo en la política valenciana tras 24 años de gobiernos del PP claramente identificados con el despilfarro, la corrupción, los ataques sociales y el paro. Nosotros estamos en una situación de pre-gobierno y la sociedad valenciana tiene que concebirnos como la única alternativa progresista capaz de poner punto final al PP y tener capacidad y crédito para hacernos cargo de un gobierno en bancarrota.
Nuestro reto es ofrecer un proyecto real, fuera de discursos encorsetados y de laboratorio, para recuperar el crédito en toda la Comunidad Valenciana, empezando por la acción municipal tan importante en nuestro partido. Tenemos que ofrecer un partido fuerte, conocedor de la realidad, con nuevos liderazgos sólidos que den garantía a la sociedad valenciana de que el cambio es posible, necesario y que será solvente.
De lo único que tenemos que tener miedo es a tener miedo. La frase la pronunció Roosevelt durante su discurso de investidura y fue el inicio de la política del New Deal (el nuevo contrato) que llevó a cabo y sacó a EE. UU. del pozo en que le había sumido el crash de 1929. Hoy vemos muchas coincidencias con aquella crisis económica de hace casi un siglo.
Es hora de hablar desde la seriedad y la sensatez, sin revoluciones, pero si con novedades esperadas y necesitadas ante una sociedad que mira de reojo y desconfiada a unos políticos que se han alejado del pueblo. Los socialistas somos gente del pueblo y tenemos que volver a la calle, volver a enamorar con propuestas innovadoras, serias y creíbles, con nuevas actitudes y mensajes, esos que salen de la convicción. Tenemos que volver a ser auténticos, a decir las cosas claras, sin ambigüedades y sobre todo, muy conscientes del reto histórico que tenemos y que queremos liderar. Seamos valientes, sensatos y, sobre todo, humildes, para volver a poner al partido y a la política en el puesto que le corresponde. Volvamos a sentirnos protagonistas. Volvamos a ser futuro.
Abordamos una semana definitiva para poder elegir a las personas que no aceptan las propuestas retóricas formuladas por las mismas personas que nos han llevado a la inanición política, social y electoral; son días de aunar voluntades para hacer emerger un nuevo proyecto orgánico, una nueva agenda política que sea realmente nueva que nos haga visibles y permita que la gente nos perciba creíbles. Para conseguirlo el PSPV-PSOE necesita un nuevo liderazgo compartido, sin ataduras y capaz de escuchar y convencer; ahí está anclada mí propuesta política y mi compromiso con la sociedad y con un nuevo sentido para el socialismo valenciano. Es tiempo de decidir para superar barreras, derribar muros y construir puentes. Os lo pido en primera persona: no dejemos pasar esta oportunidad para poder hacerlo entre todos.
La situación social, económica e institucional de nuestro país requiere, sin duda, un debate calmado, sereno y profundo, pero también valiente, provocador, innovador y comprometido, capaz de consolidar una solución certera a la crisis económica y financiera actual y de poner en valor los pilares estratégicos sobre los que se debe asentar nuestra sociedad durante los próximos veinte años. No podemos centrarnos, ni perder tiempo y esfuerzos, en debates triviales y propuestas que la sociedad crea electoralistas, porque ni ayudarán a aumentar el crédito en nuestro partido, ni nos harán partícipes de dar soluciones y esperanzas al presente y al futuro. Debemos presentar a la ciudadanía las acciones y estrategias que nos permitan modernizar nuestras estructuras y prepararnos con fuerza para el futuro, adaptándonos a un mundo tan variable y lleno de retos y oportunidades como el actual.
Los debates personalistas han hundido este partido en los últimos 20 años.
Creo firmemente en este Partido y en su gente, su historia y su futuro, en la capacidad de acción y reacción de quienes formamos parte de él, en su fuerza para trabajar, luchar, proponer, innovar y adaptarse a los nuevos tiempos. De la misma manera que creo que es necesario recuperar la Política para las Personas, el militante y el ciudadano, dar un nuevo sentido al socialismo español y transformar el PSOE para que vuelva a ser la herramienta social adaptada ahora al siglo XXI y recupere su fuerza para ganar la calle, las urnas y los gobiernos. Aportaré con todas mis fuerzas esta reflexión con propuestas e iniciativas claras en el próximo Congreso Federal para que se abra definitivamente el nuevo camino en el PSOE y, particularmente, en el PSPV que agoniza en su oscuridad, pero que tiene futuro, mucho, mucho futuro.
Ante esta situación, por salud democrática y por nuestro propio bien como comunidad, se hace preciso más que nunca un cambio de ciclo político en la Comunidad Valenciana. Un cambio de ciclo que muchos progresistas estamos dispuestos a provocar.
Tenemos la inmensa suerte de vivir y convivir en una tierra singular, de gentes comprometidas y trabajadoras, de gran capacidad intelectual y creativa. Y también tenemos la mirada puesta en el mar, del que hemos aprendido tantas cosas a lo largo de nuestra historia como pueblo. Y, sobre todo, tenemos nuestras propias señas de identidad puestas en el alma. Pero, de nuevo, nos corresponde a los socialistas inventar el futuro, un futuro apasionante en un nuevo siglo que, para nuestra tierra, pide un socialismo innovador y valenciano, comprometido con el territorio, con nuevas miradas de futuro, nuevas formas y propuestas. Por tanto, son los proyectos retadores y los discursos con nuevas voces los que garantizan el futuro de nuestro territorio, sin olvidar que éstos deberán tener como destinatarios al conjunto de las personas que conforman la sociedad valenciana.